Éste es un libro publicado en
español en 2013, el 16 de septiembre, para ser más exactos, así que es bastante
reciente. Lo descubrí en facebook, en la página de la editorial Maeva. Forma
parte de una trilogía que se ha llevado a la televisión en Alemania. Aquí solo
tenemos el primero traducido.
Es una novela negra, con sus
asesinatos, con su inspector de policía atormentado por una historia del
pasado, sus métodos policiales, etc.
Lo que la hace diferente es su
ubicación temporal, en el año 1947, de enero a marzo, y en la ciudad de
Hamburgo, ocupada después de la Segunda Guerra Mundial por los aliados
británicos.
Se persiguió a los miembros de la
Gestapo, de las SS, se favorece la migración de los sobrevivientes de los
campos de concentración a lugares como Tierra Santa, se intenta enmendar el
daño y salir adelante de una guerra, si
eso es posible.
Y en medio de todo este caos,
aparecen los cadáveres. Hay muchos cadáveres en una ciudad donde han caído
bombas, pero éstos tienen una peculiaridad, están desnudos, y con signos de
violencia como señales de estrangulamiento con un alambre fino.
El encargado del caso, el
inspector jefe Frank Stave, tendrá que lidiar con las pesquisas, teniendo en
cuenta que aquí no se pueden realizar técnicas de reconocimiento facial, ni
determinación de huellas dactilares, ni ADN. La identificación de cadáveres es
una tarea ardua que consiste en preguntar a posibles testigos, gente que no
conoce a nadie, o no quiere conocer, por miedo a que los ejecuten, o sembrar de carteles la ciudad, esperando que
alguien los mire, o buscando entre las millares de listas de desaparecidos.
Stave tiene su propio drama
familiar, una esposa muerta por la explosión de una bomba y un hijo
desaparecido. Además, como desde la ocupación, en mayo del 45, los británicos
despidieron a cientos de policías, los que
tuvieron que ver con la Gestapo, o que hubieran sobresalido en el
terreno político, se verá obligado a compartir el caso con el teniente James Mc
Donald, de la Administración Británica de Hamburgo, llegado del ejército
británico, y el inspector Lothar Maschke, un odiado agente de Orden Público.
Una obra que merece la pena, por
todo lo que la hace diferente, por la impecable narración de los hechos, aunque
al principio nos parezca lenta. Un aspecto a destacar es que es la versión
novelizada de un caso real, como el mismo autor nos cuenta. Lo que pertenece a la ficción y lo que realmente ocurrió, nos lo desvela el escritor en el epílogo.
Cay Rademacher (1965) estudió historia angloamericana, historia antigua y filosofía en Colonia y Washington. Desde 1999 es redactor de la revista Geo, donde inició el magazine Geo Época, del cual es redactor jefe desde el año 2005. Vive en Hamburgo con su familia
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