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martes, 15 de julio de 2014

Muerte entre líneas. Donna Leon.


Parece imposible, pero yo, que presumía de leer al mismo ritmo de mis latidos cardíacos, he frenado mi actividad lectora considerablemente. Y es que la vida no es siempre lo que uno se espera de ella, y te ofrece giros inesperados que cambian tu vida, así que hay que pararse un poco para tomar decisiones.

Pero poco a poco, estoy comenzando a leer, y a hacer las reseñas, hoy me estreno con la más  grande, mi querida Donna Leon, la magistral reina de la novela negra italiana.

En Muerte entre líneas, Donna nos lleva a través del commissario Brunetti, con su peculiar gusto por la literatura y música clásicas, por las calles y canales de Venecia, guiándonos en los entresijos de las bibliotecas para descubrir un robo de libros en una de las principales de esta ciudad.

Palazzos, comtes y comtessas, gondolieri, y una pátina de belleza y lujo  ajada por el tiempo nos acompaña toda la obra .Por supuesto, en el vigésimo tercer libro de Brunetti, ya estamos acostumbrados a contar con la inestimable perspectiva del crimen a ojos de  Paola, la esposa de Guido Brunetti, la signorina Electra, eficaz secretaria del jefe de la questura,  totalmente leal y solícita a las educadas órdenes de Brunetti. Añadimos la figura de Claudia Griffoni, ayudante de nuestro protagonista y excelente interrogadora.

Llama la atención, como siempre, las descripciones de la ciudad, escenas de la cotidianeidad de una ciudad como Venecia, que parece ser destino turístico siempre, y  nos asoma como si fuésemos oriundos del lugar. Mágico.
Os dejo un enlace de una carta de la gran dama de la novela negra, hablando de Brunetti:



Y una frase, que me encantó:” Una de las desventajas de la estupidez es la incapacidad de comprender lo que es la inteligencia”.

Para terminar, la sintonía que me ha estado rondando por la cabeza durante todo el libro; ambos huelen a verano, a agua fluyendo, y a sueños…


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